El paquete de 2,2 billones de dólares que el Congreso de Estados Unidos aprobó
para ofrecer ayuda económica durante la pandemia del nuevo coronavirus no
incluyó a un grupo importante de la población: millones de inmigrantes que
radican en el país sin autorización legal, pero que trabajan en el país y que
pagan impuestos.
Entre ellos
se encuentra Carmen Contreras López, una empleada doméstica de 48 años que, si
bien percibe un bajo salario, presenta su declaración de ingresos anualmente.
Desde que se desató la pandemia del COVID-19, Contreras perdió a la mayoría de
sus clientes y se las arregla con ayuda de su hijo mayor, pero ella no recibirá
un solo centavo del dinero prometido para la mayoría de los estadounidenses en
respuesta a la pandemia.
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AP
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